miércoles, 26 de diciembre de 2012

Moi, moi Suomi!



Puente Nuevo (Rovaniemi)
Dejar un país a 23 grados bajo no es fácil. No será fácil tampoco dejar atrás las experiencias vividas, las personas que te acompañaron en este viaje y los pequeños recuerdos que día a día fui recopilando entre horas de estudio, excursiones y noches en vela. Quedarán en mi mente los primeros paisajes de la llegada, verdes y frondosos con alegres ríos recorriendo los valles y llanuras…ver como todo iba cambiando, como el termómetro cada vez indicaba valores más bajos y la emoción de llegar a un país nuevo te invadía por completo. Poco a poco, las hojas de los árboles empezaron a cubrir el suelo, y desde mi ventana podía contemplar la llegada del invierno en Laponia.  La nieve empezó a formar parte de nuestro día a día y nuestro vestuario cambió por completo.  Como si de astronautas se tratara (a falta de escafandra) a todos los estudiantes de intercambio se nos podía distinguir por la cantidad que ropa que podíamos llevar, pantalones térmicos, vaqueros, pantalones de esquiar, jersey, bufanda, gorro…hasta que te aclimatas, es difícil, pero una vez abrigado merece la pena disfrutar del paisaje y de la aventura finlandesa.

Korkalovaara (Rovaniemi)

Ahora subida a bordo y rumbo a Helsinki, me he dado cuenta de la gran oportunidad que he tenido, compartiendo estos cuatro meses  con personas que siempre quedarán en mi mente y con los que tanto he vivido. Ya sabéis chicos…para lo que se quedan, seguid aprovechando cada minuto, los que hemos vuelto os esperamos en España para que nos sigáis relatando la aventura. A aquellos que vivís un poco más lejos, en otros continentes y ciudades del mundo, sólo queda  recrearse en los recuerdos y poner en práctica lo aprendido, porque…quién sabe tal vez    algún día nos reencontremos por Europa.